La mayor aventura

02.10.2014 09:49

Muy de vez en cuando, aunque con extrema rareza, se da que algún ser humano comprende cabalmente la importancia de conocer en profundidad cómo está compuesta su psique, cómo funciona el mecanismo automático de reacciones condicionadas de su mente.

Se da cuenta de que nunca podrá ser libre mientras no lo conozca, que no alcanza con la voluntad y el anhelo, es necesario un entrenamiento profundo y consciente para poder llegar a manifestar su esencia, que de otra manera quedará sepultada en una miríada de pulsiones generadas por el conjunto de creencias, temores, traumas y carencias instaladas en su mente por circunstancias y voluntades que no tienen ni la más mínima relación con los anhelos que vibran en su interior.

Y advierte asimismo que nunca podrá alcanzar la felicidad mientras su esencia permanezca inmanifiesta, mientras el propósito de su existencia siga pospuesto por aparentes urgencias.

Comprende que ha estado buscando la felicidad donde nunca la encontraría, y que todos los caminos espirituales y técnicas serán inútiles si sigue desconociendo la máquina con la que está percibiendo y creando la realidad.

Entonces, y sólo entonces, está en posición de decidir si se interna en la más maravillosa, desconcertante y paradójica de las aventuras: la de utilizar la herramienta para conocerse a sí misma.